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The Universal House of Justice

Ridván 1994

To the Bahá’ís of the World

Dearly loved Friends,

Un año del Plan de Tres Años queda ahora atrás. Un año en el que la confusión del mundo ha engendrado en los corazones y las mentes esperanza y también temor, optimismo y desesperación, admiración ante el valor de las gentes y vergüenza ante la crueldad en la que la humanidad es capaz de hundirse. En medio de estas tribulaciones, los seguidores de Bahá'u'lláh marchan hacia adelante, con visión clara y seguros, para alzar la estructura del Reino de Dios, instilar un espíritu nuevo en la sociedad, y demostrar a todos sus congéneres el poder revitalizador de las Enseñanzas divinas.

En el Centro Mundial, el 23 de mayo fue testigo del comienzo de un nuevo período de 5 años de los miembros del Centro Internacional de Enseñanza. En nuestra primera reunión conjunta aplaudimos las numerosas iniciativas emprendidas durante su anterior gestión e instamos a que continuaran desarrollándolas. Descuella entre ellas la guía transmitida a los Consejeros Continentales a fin de promover la consulta a nivel local y nacional, entre creyentes e instituciones, consulta abocada a iniciar y mantener procesos de crecimiento dentro de la comunidad bahá'í. Otra iniciativa consistió en la paulatina clarificación de los varios enfoques presentes en las labores de enseñanza. Conforme el año avanzaba, tales actuaciones no han hecho sino intensificar el empuje dado al desarrollo de la Fe y de sus instituciones por los Consejeros, los miembros del Cuerpo Auxiliar y sus asistentes, lo que a su vez ha contribuido a reforzar el valor y la visión que inspiran tanto en los creyentes como en las Asambleas Espirituales Locales y Nacionales.

La buena reputación de la Fe se acrecienta a los ojos del mundo, y la atención que tal hecho hace recaer sobre el Centro Mundial subraya la importancia de completar las Terrazas del Mausoleo del Báb y los edificios del Centro Administrativo de la Causa de Bahá'u'lláh. Desde que se lanzara el llamamiento especial al mundo bahá'í para que en el curso del Plan de Tres Años se recaudaran setenta y cuatro millones de dólares destinados a dicho proyecto, la respuesta recibida ha sido alentadora. Es nuestra ardiente esperanza que la continuidad de este espíritu de sacrificio apresure el logro de esta meta y asegure en consecuencia el progreso ininterrumpido de los trabajos, atrayendo hacia la Sagrada Montaña de Dios la admiración tanto de los visitantes como de los residentes.

El estudio del Kitáb-i-Aqdas ilumina ya la vida de la generalidad de los creyentes. Va acrecentándose la comprensión de la importancia que reúne la defensa de los principios de la Fe y la obediencia hacia sus leyes. La aplicación universal de la ley del Huqúqu'lláh ha despertado una respuesta entusiasta. Va en aumento la conciencia de los amigos respecto a su obligación de enseñar la Fe. Los creyentes, a medida que desempeñan sus responsabilidades espirituales y aprenden a depender más de las confirmaciones de Bahá'u'lláh, cobran conciencia de que se revitaliza su fe y se rejuvenece la confianza de sus corazones. Son todas estas áreas donde la iniciativa del creyente no tiene por qué aguardar a recibir apremios o ayudas. Solo y auxiliado por la ayuda del Todopoderoso, cada creyente es urgido a desarrollar los resortes espirituales arriba mencionados que habrán de contribuir ilimitadamente a la evolución de la comunidad.

De dos formas están aumentando los recursos humanos de la Causa. En primer lugar, son numerosas las personas destacadas que, habiéndose visto impulsadas a abrazar la Fe, han pasado a reforzar las filas de quienes ya venían sirviendo. Estos últimos, por su parte, han enriquecido su experiencia y han adquirido mayores capacidades a través del estudio de las enseñanzas y mediante su plasmación en actos. Al reconocer la necesidad de ahondar sistemáticamente en la comprensión de las enseñanzas y en su aplicación a la sociedad, los amigos han recurrido a un mayor uso de talleres e institutos, todo ello con éxito notable. Durante el año entrante, estos dos procesos complementarios -el ingreso de personas destacadas y la potenciación de nuestras propias habilidades- deberán experimentar mayores avances, sirviendo de acicate a la iniciativa personal y al desarrollo armonioso de un amplio abanico de actividades para la promoción de la Fe.

Conforme se despliegan las potencialidades de los creyentes, las instituciones locales y nacionales están adquiriendo mayor capacidad para promover la calidad de vida de las comunidades así como para poner en marcha programas imaginativos. Son numerosos los terrenos en que las Asambleas Espirituales Locales han colaborado en la enseñanza de la Fe a nivel regional. De forma similar, las Asambleas Nacionales han desarrollado proyectos innovadores a fin de aprovechar las oportunidades proporcionadas por acontecimientos externos a la Causa. Algunos ejemplos de tales actividades, entresacadas de varios campos, han sido los proporcionados por el Proyecto Carta Abierta en Albania; la respuesta a la extraordinaria receptividad mostrada por las autoridades y la población en general de las repúblicas siberianas de Sakha y Buryat; y el acuerdo firmado por la Asamblea Espiritual Nacional de las Islas Marshall y el gobierno local del Atolón Majuro como respuesta a una petición por parte de las autoridades del país para que los bahá'ís aceptaran la responsabilidad de regentar cinco escuelas elementales.

La evolución de las instituciones bahá'ís nacionales y locales ha permitido una mayor descentralización en la administración de tareas. Ahora bien, para que este proceso beneficioso se extienda, es requisito indispensable mejorar urgentemente el funcionamiento de las Asambleas Espirituales Locales de una mayoría de países. Tal empeño requiere la atención dedicada de todo creyente. Dichas instituciones bahá'ís locales, establecidas en el propio Kitáb-i-Aqdas, constituyen un depósito de fuerza y guía que al ir madurando no harán sino amplificar la efectividad en los trabajos de la Causa.

Vivimos inmersos en poblaciones que necesitan desesperadamente el Mensaje de Bahá'u'lláh. Nuestra es la tarea de presentarlo lúcida y convincentemente al mayor número posible de almas. La oscuridad y sufrimiento que nos rodean no son tan sólo las señales de una necesidad, sino también de una oportunidad que no podemos malograr. Llevar el mensaje no es más que un primer paso. Debemos, acto seguido, asegurarnos de que es comprendido y aplicado, pues, tal y como leemos en una de las cartas escritas de parte del Guardián: "Mientras el público no vea en la comunidad bahá'í un verdadero modelo en acción, o algo mejor que lo que ya posee, no responderá a la Fe en grandes números". Cuando las personas abracen la Causa, deben entonces, valiéndose de las Enseñanzas, desarrollar las relaciones mútuas así como las relaciones con sus conciudadanos a fin de crear una comunidad auténticamente bahá'í, una luz y un refugio para el desorientado.

Tras las gloriosas gestas de la Edad Heroica de la Fe, fue durante el ministerio de Shoghi Effendi cuando África se convirtió en el escenario de la primera entrada en tropas de los pueblos del mundo en la Causa de Dios. De allí el fenómeno se extendió luego a otras regiones. Gradualmente, las comunidades bahá'ís de tales zonas están aprendiendo con la experiencia y diseñando métodos y comunidades activas y a sentar bases fuertes para un crecimiento continuado. Para ayudarles en sus esfuerzos, para permitir que los bahá'ís de otros países emprendan y mantengan un proceso similar, y para despejar los malentendidos que inevitablemente rodean a un concepto tan desafiante, se ha preparado una recopilación sobre "La promoción de la entrada en tropas". El estudio y la aplicación de los principios y planteamientos que describe beneficiarán por igual al maestro bahá'í y a la comunidad, tanto si en su área la entrada en tropas es ya una realidad desde hace muchos años, como si todavía están por aparecer las primeras trazas. En este último caso, el documento servirá para convencer al creyente de la realidad y validez de este proceso y permitirá que las comunidades bahá'ís se preparen espiritual y materialmente para este salto hacia adelante, asimismo ayudará a anticipar ansiosamente el momento en que ocurra, a dar pasos que favorezcan su comienzo y a adoptar las medidas que habrán de perpetuar su crecimiento.

La notable intensificación de la colaboración internacional registrada el año pasado, el establecimiento de pioneros y el flujo de profesores viajeros no han hecho sino afianzar aún más el tejido de la comunidad bahá'í. A la cabeza en tales logros, Amatu'l-Bahá Rúhíyyih Khánum emprendió una ardua travesía con el objeto de infundir ánimos en los creyentes y proclamar la Fe, una travesía que la llevó a Rusia y a otras tierras antiguamente pertenecientes a la Unión Soviética, desde los Estados Bálticos en el occidente hasta Siberia en el Oriente, desde las repúblicas de Asia Central hasta San Petersburgo y Yakutia al Norte.

Este Ridván será testigo de la celebración de siete Convenciones Nacionales inaugurales. Nuestros representantes en estos acontecimientos históricos serán: la Mano de la Causa de Dios Amatu'l-Bahá Rúhíyyih Khánum, quien asistirá en Phom Penh a la elección de la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá'ís de Camboya, así como a la elección de la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá'ís de Mongolia, a celebrar en Ulan Bator; la Mano de la Causa 'Alí- Muhammad Varqá, quien acudirá a la elección de la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá'ís de Eslovenia y Croacia, que tendrá lugar en Liubliana; la Consejera Lauretta King, que estará presente en la elección de la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá'ís de Kirguisistán, en Bishkek; finalmente, el Consejero Shapoor Monadjem, quien estará presente en la elección de la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá'ís de Tayikistán, en Dushambe, así como en la elección de la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá'ís de Uzbekistán, en Tashkent. La actual Asamblea Espiritual Regional de Asia Central, con sede en Ishqabad, se convertirá entonces en la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá'ís de Turkmenistán.

El presente siglo toca ya a su fin. Es tan grande la tarea y tan escaso el tiempo. Instamos a que cada creyente en la Causa de Bahá'u'lláh consagre sus máximos esfuerzos a las dos tareas primordiales: enseñar la Fe a toda alma sedienta, y proporcionar los medios materiales para llevar a término los proyectos monumentales del Monte Carmelo. Sean cuales sean las condiciones aparentes por las que atraviese la humanidad en el presente año, la comunidad bahá'í debe hacer acopio de fuerzas, demostrar más claramente el carácter distintivo de su modo de vida, abrirse con confianza a la tarea de proclamar y enseñar su mensaje, y atraer siempre en mayor medida el auxilio confirmador de las Huestes del Concurso Supremo. En todos los aspectos de esta empresa, la llave de la victoria se encuentra en manos de cada creyente bahá'í.

 

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