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The Universal House of Justice

Ridván 1967

To the Bahá’ís of the World

Dearly loved Friends,

Al finalizar el tercer año del Plan de Nueve Años, reconocemos, con corazones rebosantes de agradecimiento, los testimonios de gracia divina con los que Bahá’u’lláh infaliblemente sostiene y confirma los abnegados esfuerzos de Sus siervos en todo el mundo y seguidamente afirmamos nuestra confianza en que la comunidad del Más Grande Nombre es capaz de y podrá, mediante su determinación y sacrificados esfuerzos, obtener una victoria completa.

El año pasado se hizo un llamamiento para la formación en 1967 de once nuevas Asambleas Espirituales Nacionales. Todas ellas serán elegidas durante el período del Ridván. Damos la enhorabuena a las Asambleas Espirituales Nacionales de los Bahá’ís de Argelia y Tunisia, con sede en Argel; la República del Camerún, con sede en Victoria; Suazilandia, Lesoto y Mozambique, con sede en Mbabane; Zambia, con sede en Lusaka; Belice, con sede en Belice; las Islas Leeward, Windward y Vírgenes, con sede en Charlotte Amalie; Arabia del Sur y Oriental, con sede en Bahrein; Laos, con sede en Vientiane; Sikkim, con sede en Gagtok; Taiwán, con sede en Taipei; y las Islas Gilbert y Ellice, con sede en Tarawa. El Centro Mundial de la Fe estará representado en cada una de las Convenciones Nacionales por una Mano de la Causa, quien presentará un mensake de la Casa Universal de Justicia dándole la bienvenida a la nueva comunidad nacional y asignándole su aportación a las metas bajo el Plan de Nueve Años.

En este Ridván se habrán establecido 81 de las 108 Asambleas Espirituales Nacionales y más de 6.000 de las 13.737 Asambleas Espirituales Locales exigidas para 1973; de las 54.102 localidades donde residen bahá’ís que se asignaron, 28.217 han sido anunciadas; 15 de las 65 legalizaciones nacionales exigidas han sido alcanzadas; 17 de los 52 Hazíratu’l-Qudas nacionales, 7 de los 62 terrenos para Templos, 13 de las 54 Dotaciones Nacionales, 14 de los 32 Institutos de Enseñanza han sido adquiridos; de 973 legalizaciones locales asignadas en el Plan, se han cumplido 123; los Haziratu’l-Quds adquiridos son: 24 en India, 17 en Kenia, 9 en Uganda, 2 en Sudáfrica, 2 en Turquía y varios en Congo (Kinshasa), mientras que en Kenia se ha adquirido terreno para ocho más, 4 para Camerún, 2 para Pakistán y 1 para Mauricio; en ocho países se han adquirido dotaciones locales suplementarias a las exigidas en el Plan. Los países de Islandia, Korea, Liberia, Luxemburgo, y Rhodesia reconocen ahora el certificado de matrimonio bahá’í; en la República Dominicana, Guayana, Hawai, Islandia, Italia, Kenia y Luxemburgo se reconocen los Días Sagrados Bahá’ís. Una Escuela de Verano ha sido establecida en Liberia y otra más en Canadá, además de lo asignado en el Plan, mientras que ha sido adquirido el terreno para otras en Argentina, Etiopía y Samoa. Se han agregado 25 idiomas nuevos a la lista de la literatura bahá’í disponible, haciendo un total de 397. El número de territorios que han sido abiertos a la Fe asciende a 311, incluyendo los territorios vírgenes recién abiertos del Archipiélago de Chiloe, Bonaire, Islas Phoenix y San Martín y dos territorios adicionales a los indicados bajo el Plan, a saber: las Islas Melville en Australasia y Montserrat en las Islas Winward. Después de una prolongada frustración, la Asamblea Espiritual Nacional de Persia ha logrado finalmente la posesión de la histórica fortaleza de Chihriq, aquella desolada y lóbrega ciudadela que sirvió como la última residencia terrenal del sagrado Báb, y desde donde fue conducido a Su martirio en Tabriz. La realización del reconocimiento de la Fe en Italia, por tanto tiempo perseguido, ha sido una victoria maravillosa, resultando, no sólo en la consecución de la personalidad jurídica de la Asamblea Espiritual Nacional, sino también la de todas las Asambleas Espirituales Locales en Italia y los medios para establecer la Editorial de aquella Asamblea Nacional. En Islandia la Fe ha sido reconocida como una de las religiones de aquella isla. No sólo facilita esto la adquisición de la legalización de la Asamblea Espiritual Local de Reykjavik, sino que le confiere autorización al coordinador de la Asamblea para celebrar matrimonios y entierros bahá’ís, exime a la Fe de ciertos impuestos, permite que se observen los Días Sagrados bahá’ís y abre campo para la adquisición de la legalización cuando se forme la Asamblea Espiritual Nacional de aquel país. El número de Asambleas Espirituales Locales, grupos y localidades exigidos en el Plan se ha cumplido en 53 islas y territorios bajo la dirección de 26 Asambleas Espirituales Nacionales; 5 territorios han formado el número indicado de Asambleas Espirituales Locales y 7 han logrado el número determinado de localidades.

Desde que se elevara el llamamiento hace un año, la enseñanza internacional ambulante, que abarca los cinco continentes y que afecta a casi todas las comunidades nacionales, ha sido emprendida. En Europa se han completado 78 proyectos; en América 43; en Asia 27; y en Australasia 25. Con los de África, el número total asciende a 200. Abrigamos la esperanza de que esta estimulante actividad, tan cercana al corazón del amado Maestro se siga extendiendo constantemente.

Todos estos visibles logros están siendo sostenidos por una actividad de enseñanza y administración constante en todo el mundo –un movimiento continuo, como el incesante oleaje del mar, en la comunidad bahá’í- que es la causa verdadera de su crecimiento. Las Asambleas Nacionales y Locales confrontando problemas difíciles, trazando nuevos planes, asumiendo la responsabilidad de una comunidad creciente en número y conocimientos. Comités luchando por cumplir sus objetivos, la juventud bahá’í en ávida y dedicada actividad, individuos bahá’ís y familias esforzándose por la Causa para dar el Mensaje o celebrar reuniones hogareñas, estos constantes servicios atraen las confirmaciones de Bahá’u’lláh y mientras más apoyados con oraciones y consagración intensa estén y mientras más extensos lleguen a ser, mayor será la carga espiritual que liberarán en el mundo, produciendo una energía espiritual que ninguna otra fuerza sobre la tierra podrá resistir y que eventualmente traerá el triunfo completo de la Causa. Es esta vitalidad orgánica de la Fe lo que se percibe en el Centro Mundial y cuya felicidad deseamos compartir con todos los creyentes.

En el Centro Mundial de la Fe la codificación de las leyes del Kitáb-i-Aqdas y el cotejo de otros textos importantes continúan. El trabajo en la grave tarea que exige la formulación de la Constitución de la Casa Universal de Justicia ha progresado bastante. Se ha continuado el desarrollo y la extensión de los jardines que rodean los recintos sagrados en Haifa y Bahjí. La publicación del Volumen XIII de “The bahá’í world” ha sido emprendida; este libro comprende nueve años, desde 1954 hasta 1963, casi todo el período de la Cruzada de Diez Años e incluye un artículo comprensivo acerca del amado Guardián, redactado por Amatu’l-Bahá Ruhíyyih Khánum. Se está siguiendo activamente un proyecto delineado de relaciones con las Naciones Unidas. Un importante logro suplementario ha sido el restablecimiento de un Centro Audiovisual Internacional Bahá’í, cuya función es la de proveer a todas las Asambleas Espirituales Nacionales con ayudas de enseñanza y profundización, así como acumular y poner índice a los archivos audiovisuales.

Durante todo el año, los servicios de las amadas Manos de la Causa han resplandecido con una luz inagotable. Su constante estímulo a las Asambleas Espirituales Nacionales y a los creyentes en todas partes para que prosigan las metas del Plan y para que obtengan un conocimiento más profundo del verdadero significado de la Revelación de Bahá’u’lláh, contribuye en gran medida al progreso de ese Plan y deberá ejercer un efecto perdurable en el desarrollo de la comunidad bahá’í. Estos pocos valerosos y abnegados creyentes, cuyo lugar en la historia está asegurado para siempre en virtud del nombramiento a su alto oficio, son verdaderamente nuestro precioso legado del amado Guardián y a medida que transcurren los años se acrecienta el honor y el respeto que merece su alto rango, el amor y la admiración de los amigos que invocan sus constantes servicios.

Respondiendo a necesidades particulares, se han efectuado dos cambios en la asignación de las Manos: el regreso de la Mano de la Causa John Robarts al Hemisferio Occidental con una asignación especial en su país de origen, Canadá, y el regreso a África de la Mano de la Causa William Sears. También nos causa gran alegría anunciar que la Mano de la Causa Tarazu’lláh Samandarí, cuyos ojos fueron bendecidos al contemplar a Bahá’u’lláh, representará a la Casa Universal de Justicia en la Conferencia Intercontinental en Chicago, reemplazando al fallecido Leroy Ioas, Mano de la Causa de Dios.

En la esfera internacional el magno proyecto de la erección del Templo de Panamá ha comenzado con la elección del diseño presentado por el Sr. Peter Tillotson, arquitecto inglés. El Sr. Robert McLaughlin, antiguo miembro de la Asamblea Espiritual Nacional de los Estados Unidos y Decano jubilado de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Pricenton, quien sirvió como miembro de la Junta Técnica para la construcción del interior del Templo Madre de Occidente, en Wilmette, ha sido nombrado Arquitecto Consultor de la Casa Universal de Justicia para la construcción del Templo. Los señores Tillotson y McLaughlin visitaron juntos el terreno para el templo y están trabajando en estrecha colaboración. Pronto se publicarán fotografías y dibujos del nuevo Templo y se les mantendrá informados a los amigos del progreso en la construcción de la Casa de Adoración ‘situada entre los dos grandes océanos’, localidad que ‘Abdu’l-Bahá indicara llegaría a ser de importancia trascendental en el futuro y desde donde una vez establecidas las Enseñanzas, “unirían al Este y al Oeste, al Norte y al Sur”.

Las hazañas brillantes de los pioneros durante el segundo año del Plan comienzan a manifestar sus beneficios pero se necesitan aún con gran urgencia, y se seguirán necesitando pioneros en todas partes del mundo para el trabajo de consolidación y el desarrollo de la Fe en los territorios conquistados recientemente y también para los territorios reestablecidos durante los primeros años del Plan. Se necesitan de inmediato 209 pioneros para establecerse en 87 territorios indicados en la lista anexa y ahora se hace un llamamiento para la pronta realización de esta tarea. El servicio en este sumamente meritorio campo está al alcance de todo creyente y se le pide a todo aquel que se sienta estimulado para responder a esta llamada especial, que consulte la lista de territorios y ofrezca sus servicios a su Asamblea Espiritual Nacional. Detalles completos han sido suministrados a las Asambleas Espirituales Nacionales y a los Comités de Pioneros correspondientes respecto a las necesidades en cada territorio.

La constante necesidad de pioneros, así como la proclamación mundial próxima, exigen que se preste particular atención a los frentes domésticos en cada continente, pues ellos son la fuente de potencial humano y de experiencia administrativa- bases firmes de donde comienza toda la difusión dentro del país y fuera de él. Los mayores aumentos en el número de Asambleas Espirituales Locales, grupos y creyentes se hallan en el frente doméstico y estas tareas deberán ser vigorosamente procuradas. Algunas Asambleas Espirituales Nacionales han emprendido estas metas trascendentales mediante la asignación de un número determinado para lograrlas cada año y de esta manera asegurar un enfoque delineado y flexible de todas las necesidades. Se recomienda encarecidamente esta determinada y sistemática prosecución de las metas del frente doméstico.

Se les hace presenta a los amigos las necesidades apremiantes y siempre crecientes del Fondo Bahá’í. Ya han comenzado grandes proyectos y se están iniciando otros que requieren grandes sumas de dinero para poder realizarlos. El Templo de Panamá –el primero de dos que se exigen en el Plan de Nueve Años- el embellecimiento y desarrollo del Centro Mundial mismo, que implica un inevitable aumento de facilidades para satisfacer las crecientes necesidades de la Fe; el mantenimiento del programa de enseñanza de tanta importancia en muchas partes del mundo- todos ellos requieren urgentemente el apoyo de los amigos en todas partes mediante aportaciones regulares y sacrificadas. A medida que la inflación se extiende por el mundo, el consecuente aumento en el costo de vida es equilibrado en los países más opulentos, por lo menos, por rentas personales correspondientes. Los gastos del Fondo Bahá’í son inevitable y seriamente afectados por esta condición inflacionaria que sólo puede remediarse mediante contribuciones generosas y de un número mayor de contribuyentes. La Casa Universal de Justicia opina que las necesidades financieras de la Causa deberán ser subsanadas con la participación universal en las aportaciones y urge a las Asambleas Espirituales Nacionales y Locales a perseguir esta meta con vigor e imaginación, recordándoles a los amigos la súplica del amado Guardián a todos los creyentes a “poner prontamente, de acuerdo con sus circunstancias, su parte en el altar del sacrificio bahá’í”. El hecho de que, sólo nosotros los bahá’ís podemos contribuir financieramente a la Causa es tanto nuestro privilegio como nuestro desafío.

A medida que nos acercamos a la tercera etapa del Plan de 9 Años se abre ante nosotros una perspectiva de oportunidades arrobadoras que conmueven el corazón de todo ardiente adepto de Bahá’u’lláh. Durante más de un siglo hemos trabajado para enseñar la Causa; se han hecho grandes sacrificios, abnegados servicios, enormes esfuerzos para establecer las avanzadas de la Fe en los principales países, territorios e islas sobre la tierra y levantar el sistema del Orden Administrativo alrededor del planeta. Pero la Fe de Bahá’u’lláh permanece aún desconocida para la mayoría de la gente. Al fin, se exhorta a la comunidad del Más Grande Nombre a lanzar, en una escala global y a toda categoría de la sociedad humana, una proclamación permanente y completa del mensaje curativo de que el Prometido ha llegado y que el propósito de su Revelación es el de la unidad y el bienestar de la raza humana. Esta campaña, que ha de prolongarse, tendrá su comienzo en octubre próximo, con el objeto de conmemorar el centenario del sonar de las “primeras notas” de la proclamación de Bahá’u’lláh mismo y que, tomando impulso durante el resto del Plan de Nueve Años, muy bien pudiera llegar a ser la punta de lanza para otros planes que se lanzarán continuamente hasta que la humanidad haya reconocido y con gratitud aclamado a su Señor y Redentor.

Hace cien años que Bahá’u’lláh mismo se dirigió a los reyes, a los gobernantes, a los líderes de las religiones y a todas las gentes del mundo. La Casa Universal de Justicia considera que es su obligación llevar ese Mensaje a los líderes del mundo. Por consiguiente, les presentará, en forma de libro, la esencia del anuncio de Bahá’u’lláh. Se les obsequiará una edición especial titulada “La Proclamación de Bahá’u’lláh” a los Jefes de Estado a principios del período de proclamación y estará disponible para los amigos una edición general en alemán, español, francés, inglés e italiano.

Las Manos de la Causa de Dios, Amatu’l-Bahá Rúhíyyih Khánum, Ugo Giachery, Tarzu’lláh Samandarí, ‘Alí Akbar Furútan, Paul Haney y Abu’l-Qasim Faizí, quienes representarán a la Casa Universal de Justicia en las Conferencias Intercontinentales en Octubre próximo en Panamá, Sidney, Chicago, Kampala, Franckfourt y Nueva Delhi, respectivamente, se reunirán en el Centro Mundial en septiembre varios días antes de la Fiesta de Mashíyyat. Los miembros de la Casa Universal de Justicia se unirán a estas Manos en súplica en el Santuario de Bahá’u’lláh en Bahjí y se reunirán con ellos en la Mansión con objeto de consultar. Desde aquel Sagrado Recinto, estas Manos de la Causa partirán hacia Adrianópolis a hacer una peregrinación extraordinaria al lugar donde fuera revelado el Suríy-i-Mulúk. Cien años después del evento histórico cuyo propósito es conmemorar, se reunirán en la Casa de Bahá’u’lláh en oración y meditación el 27 de septiembre, mientras que los miembros de la Casa Universal de Justicia, en la Más Sagrada Tumba, en Bahjí, se unirán en sus súplicas en la misma celebración por el éxito de las Conferencias y del programa de proclamación. El mundo bahá’í entero, durante el período comprendido entre las Conferencias y el Ridván de 1968, conmemorarán el centenario de la apertura de aquel maravilloso período en la historia humana, cuando las nubes de la Bondad Divina derramaron con profusión sus riquezas sobre los hombres y las puertas del Reino fueron abiertas para que todos los que tuvieran ojos pudiesen ver un nuevo cielo y una nueva tierra, y la nueva Jerusalén descender de Dios.

A continuación de la Fiesta de Mashíyyat, las Manos de la Causa viajarán desde Adrianópolis hacia sus Conferencias, portando cada uno de ellos la preciosa carga de una fotografía de la Bendita Belleza, la que tendrán el privilegio de contemplar los que acudan a las Conferencias. Estas distinguidas Manos dirigirán la palabra en la Conferencia a la que asistan y llevarán consigo un mensaje dirigido a cada una de las Conferencias de parte de la Casa Universal de Justicia, a la que ellos representarán.

Estas seis conferencias, convocadas para conmemorar la apertura de la Proclamación hecha por Bahá’u’lláh mismo y para inaugurar el período de proclamación de Su mensaje por la compañía completa de sus adeptos, sin duda que demostrará otra vez el espíritu de regocijo que llena las reuniones de los amigos y les fortalecerá en su resolución para asir los medios y oportunidades que se les presenten para emitir el divino clamor. Honradas con la presencia de las Manos de la Causa, estas Conferencias, puntos focales del amor y las oraciones de los amigos en todas partes –imanes para atraer el poder espiritual que sólo puede confirmar sus tareas- serán, se espera fervorosamente, potentes fuentes de unidad, entusiasmo espiritual y planteamiento positivo. Se pide a las Asambleas Espirituales Nacionales cerciorarse de que estarán representadas en la Conferencia a celebrar en su continente, de manera que puedan compartir sus planes de proclamación con otras Asambleas Nacionales y, asimismo, tratar con ellas las metas restantes del Plan de Nueve Años.

A todos aquellos amigos en tantos países que sufren diversos grados de restricción y opresión que les impedirá totalmente o les evitará realizar sus conmemoraciones públicas y los programas de proclamación subsiguientes, enviamos un mensaje especial de amor y esperanza. A ellos les trasmitimos el amor y la admiración de sus correligionarios, quienes, en gratitud por su mayor libertad, han decidido lucir en el extranjero tal proclamación del Mensaje Divino que permita allanar el camino para la eventual emancipación del cuerpo completo de la Fe.

La proclamación mundial, el mar desconocido que pronto deberemos navegar, agregará otra misión a nuestro trabajo –dimensión que, a medida que progrese completará y fortalecerá los procesos gemelos de consolidación y difusión. Esta norma de enseñanza, surgida tan próxima a la terminación de la estructura del Orden Mundial, muy bien pudiera ser el medio para llevar adelante el trabajo esencial de consolidación y de hacer más efectiva la sabiduría de la enseñanza obtenida durante un período de cien años, sobre todo porque el Guardián nos ha exhortado a una actividad sistemática y organizada. Por lo tanto, en los países donde tenemos libertad para hacer pública nuestra religión, esta actividad deberá formar parte de nuestro trabajo regular, incluirse en los presupuestos, asignarse a comités locales y nacionales para su estudio e implementación y, sobre todo, para ser coordinada con los programas, con miras a lograr las metas del Plan de Nueve Años. Todo esfuerzo en la proclamación deberá ser apoyado por la enseñanza, en particular localmente, donde la proclamación pública deberá relacionarse con tales esfuerzos. Esta condición es esencial, pues nada sería más desconcertante para millares de personas que oír hablar de la Fe y no tener a donde dirigirse para obtener mayor información.

El amado Guardián escribió: “Tratar de obtener un conocimiento más adecuado de la significación de la estupenda Revelación de Bahá’u’lláh deberá ser, es mi inalterable convicción, la primera obligación y el objeto de constante esfuerzo de cada uno de los fieles adeptos”, declaración que impone la obligación en cada creyente de profundizarse en la Causa firmemente. Es, por tanto, sobre la naturaleza de la profundización, antes que sobre la conveniencia de proseguirla, que deseamos comentar.

Un conocimiento amplio y exacto de la estructura actual de la Administración Bahá’í o de los Estatutos de las Asambleas Locales y Nacionales o de las variadas aplicaciones de la Ley bahá’í bajo las diversas condiciones que rigen al mundo, aunque meritorio, no se debe considerar como la clase de conocimiento primariamente entendido por profundización. Más bien se recomienda una comprensión más clara del propósito de Dios para el hombre y principalmente del propósito inmediato como los revelara y dirigiera Bahá’u’lláh, un propósito tan alejado de los actuales conceptos de bienestar y felicidad humanos como sea posible. Debemos estar constantemente prevenidos no sea que el resplandor y el oropel de una sociedad opulenta nos haga creer que tal conformidad ligera con el mundo moderno como se manifiesta en los movimientos humanitarios o se proclaman como el buen juicio de un gobierno instruido – como extender al género humano los beneficios de un nivel de vida más elevado, educación, atención médica, conocimientos técnicos- satisfarán por sí mismos la gloriosa Misión de Bahá’u’lláh. Al contrario, éstas son las cosas que se nos agregarán cuando busquemos el Reino de Dios y no fueron ellas el objeto por el cual el Báb diera su vida, Bahá’u’lláh soportara tribulaciones que nadie antes que Él había sufrido, el Maestro, y después de Él el Guardián, soportaran sus pruebas y sufrimientos con valor sobrehumano. Más profunda y fundamental fue su perspicacia, penetrando el objeto mismo de la vida humana. No podemos menos que hacer presente a los amigos ciertos temas tratados por Shoghi Effendi en su enérgico discurso “La Meta de un Nuevo Orden Mundial”. “El principio de la unidad del género humano”, escribió, “denota un cambio orgánico en la estructura de la sociedad de hoy, un cambio jamás experimentado en el mundo”. Aludiendo a los “...cambios trascendentales que constituyen los acontecimientos culminantes en la historia de la civilización humana”, afirma que “... no pueden ser vistos en su propia perspectiva sino como ajustes subsidiarios, como preludio a aquella transformación de majestad y alcance únicos que en esta era la humanidad ha de sobrellevar”. En un documento posterior se refiere a la civilización que Bahá’u’lláh ha de establecer como una sola “... con una vida perfecta jamás vista en el mundo y que éste no puede aún concebir”.

Muy queridos amigos. Éste es el tema que debemos proseguir en nuestros esfuerzos para profundizarnos en la Causa. ¿Cuál es el objetivo de Bahá’u’lláh para el género humano? ¿Con qué fin se sometió Él a las crueldades aterradoras y ultrajes que le fueron impuestos? ¿Qué quiere Él decir por ‘un nuevo género humano’? ¿Cuáles serán los cambios graves que Él logrará? Las respuestas a estas preguntas se encuentran en los Escritos Sagrados de nuestra Fe y en su interpretación por ‘Abdu’l-Bahá y el mado Guardián. Dejemos que los amigos se sumerjan en este océano, dejemos que organicen sesiones de estudio periódicas para su consideración continua y, como fortificante en su esfuerzo, que recuerden concienzudamente la obligación de la oración diaria y la lectura de la Palabra de Dios prescrita por Bahá’u’lláh a todos los bahá’ís.

Este abnegado esfuerzo por parte de los amigos, de versarse en la Causa, se hace imprescindible con el advenimiento del programa de proclamación. A medida que esto se realice se prestará atención, cada vez más, a las alegaciones de Bahá’u’lláh y cabe esperar la oposición. “¡Cuán inmensa, cuán gloriosa es la Causa!”, escribió el Maestro. “¡Cuán cruel el ataque de las gentes y de sus semejantes sobre la tierra! En breve se oirá en todas partes el grito de las multitudes en toda África, en América, el gemido del europeo y del turco, el lamento de la India y China. Todos, sin excepción, se levantarán con toda su fuerza para resistir Su Causa. Entonces, los Caballeros del Señor, asistidos por Su merced desde lo Alto, apoyados por la fe, ayudados por el poder del entendimiento y la compresión, y fortalecidos por las legiones de la Alianza, se erguirán y manifestarán la verdad del versículo: “He aquí la confusión que ha acaecido a las tribus del vencido!”. Atentos a las innumerables palabras de amor divino en nuestros Escritos y sabedores de la naturaleza extraordinaria de la crisis que confronta la humanidad, exhortamos a los amigos a una nueva realización de las magnas cosas que se nos exigen en este Día. Debemos recordar que la Bendita Belleza, Bahá’u’lláh, así como “Su Bienamado” antes que Él y ‘Abdu’l-Bahá después de Él, soportaron Sus tribulaciones en este mundo para que la humanidad se librara de los grillos materiales y “obtuviera una libertad efectiva”, “pudiera prosperar y enriquecerse”, “alcanzara una felicidad perdurable y se colmara de alegría”, y nosotros estamos orando para que los esfuerzos de los amigos sean los medios por los cuales esta gloria y esta felicidad sean rápidamente alcanzadas.

 

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